martes, 26 de septiembre de 2017

Colonias...

Tuve la oportunidad de hacer parte del gran equipo que se encarga de ejecutar un proyecto muy bonito llamado colonias urbanas.

Las colonias son un conjunto de actividades que tienen una duración aproximada de once semanas, se llevan a cabo mayormente en la granja escuela CAI Torrevirreina que está ubicada en el barrio rural de Movera, en Zaragoza. El proyecto tiene como finalidad brindar a menores desde los 4 hasta los 16 años la oportunidad de pasar un verano entretenido, lleno de muchos juegos y muchas posibilidades de pasárselo bien.

Durante esas once semanas se crearon muchos nuevos vínculos de amistad entre monitores y participantes, esto influyó en el buen desarrollo de las actividades día a día.

Las colonias brinda a estos menores la oportunidad de aprender mientras se divierten jugando, de crecer como personas, reforzar sus habilidades sociales, su motricidad, incluso de mejorar sus hábitos alimenticios gracias a la colaboración de Educo, la compañía encargada de traer el catering.

Todas las personas que tienen la oportunidad de asistir a las colonias se llevan una agradable experiencia gracias al buen ambiente que hay a diario.

Los niños que asistían a las colonias eran divididos en cuatro grupos:

  • De cuatro a siete años el grupo de pequeños.
  • De ocho a once años el grupo de medianos.
  • De doce a catorce años el grupo de mayores.
  • De quince a dieciséis el grupo de super-mayores.
Cada semana de las colonias estaba enlazada a una temática sobre la cual trabajábamos día a día. Es decir, si la temática de la semana era el baile, se elaboraba una programación semanal con actividades, dinámicas y juegos relacionados con el baile para llevarlas a cabo de lunes a jueves. El día viernes era denominado "día de convivencia" ya que ese día todos los participantes de colonias, incluido los monitores nos reuníamos en el sombrajo de la granja para hacer actividades conjuntas, entre las que destacan las gymkanas, presentaciones y coreografías, cada grupo exceptuando los días de gymkana preparaba su presentación o coreografía. A lo largo de las once semanas fuimos dos veces a las piscinas de Pastriz donde comimos y pasamos la tarde. 

Después de diez semanas y media llegó el final de las colonias, fue un poco nostálgico ya que al estar tanto tiempo  compartiendo con los niños se crean vínculos con ellos, nos encariñamos y cuando ya no están se nota el vacío que deja el no escuchar los gritos, los cantos, el verlos correr y saltar por todas partes. 
   



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